DENUNCIAR la impunidad del estado español y marroquí en la masacre de Melilla del pasado 24 de junio, y situar lo ocurrido en un contexto más amplio de crímenes contra la humanidad de los Estados contra el pueblo migrante en diversos lugares del mundo.
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Las MUERTES de las personas en tránsito en las fronteras internas de la UE, y la DE MÁS DE 50.000 PERSONAS en su travesía hacia Europa desde 1993.
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Las condiciones indignas y vulneraciones de los derechos que enfrentan las personas que se desplazan por causas forzadas.
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Las detenciones, privación de libertad, deportaciones y devoluciones en las fronteras internas y externas de la UE.
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La externalización de las fronteras a terceros países como Marruecos, Libia, Turquía o Níger, gobernados por regímenes autoritarios que incumplen sistemáticamente los DDHH. También por la injerencia en la soberanía de los pueblos africanos con el envío de fuerzas policiales extranjeras.
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La criminalización de la solidaridad con las personas migrantes y refugiadas y los impedimentos y obstrucciones que imponen a las misiones de rescate para salvar vidas en el mar.
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La explotación laboral y las violencias sexuales que enfrentan miles de mujeres migrantes durante el tránsito migratorio y a su llegada, en trabajos esenciales como el campo o los cuidados.
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La participación de las fuerzas militares europeas y de EEUU en los conflictos abiertos en los países del Sahel, conflictos que están provocando la muerte de miles de personas y el éxodo de cientos de miles hacia países limítrofes y Europa.
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El negocio de la guerra y las fronteras, que se ha evidenciado aún más con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el reforzamiento de la OTAN y el incremento desorbitado del gasto militar, que se suma a la producción y venta de armas por parte de los gobiernos de la UE a países que intervienen en conflictos en África y Oriente Medio.
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El racismo institucional y los discursos racistas y xenófobos, que se evidencian en múltiples situaciones y se han puesto de manifiesto en la desigual acogida entre las personas de origen ucraniano y las personas de otras procedencias.
EXIGIR
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Responsabilidades de las instituciones públicas, políticas y policiales en las muertes. Investigación independiente para el esclarecimiento. Justicia, reparación y no repetición.
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Que se reconozca y se garantice el derecho de las familias para identificar los cuerpos de sus seres queridos, para saber la verdad sobre las causas de las muertes y poder enterrarlos con dignidad.
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La regularización administrativa de las personas migrantes que viven y trabajan en el estado español y en la UE. Derecho a padrón, a techo y vivienda digna, a salud y educación.
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La disolución de FRONTEX y la desmilitarización de las fronteras.
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La creación de corredores seguros para todas las personas que se desplazan por causas forzadas.
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El cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y las estructuras de privación de libertad de las personas en movimiento.
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El cese de las políticas neocoloniales, racistas y patriarcales que oprimen a los pueblos del sur global.
ESCUCHAR y CONOCER las dificultades y logros de quienes se enfrentan a las políticas migratorias de los gobiernos que vulneran los derechos de las personas migrantes.
COMPARTIR las experiencias y luchas que se están viviendo en las rutas migratorias, y en los espacios fronterizos de nuestras ciudades y pueblos.
CONSOLIDAR y avanzar en la creación de una red estatal, europea e internacional de solidaridad de doble vía, con y desde las personas que se desplazan por causas forzadas, que pueda dar visibilidad a las violaciones de los DDHH en los territorios de frontera, tránsito y acogida.
CONECTAR LA MEMORIA HISTÓRICA y visibilizar los escenarios de quienes en otros tiempos sufrieron el exilio y los totalitarismos con quienes hoy atraviesan las mismas fronteras y se enfrentan al neofascismo.