MANIFIESTO CONTRA LA CRIMINALIZACIÓN DE LA AYUDA HUMANITARIA Y EN
APOYO Y SOLIDARIDAD A MIGUEL ROLDÁN ESPINOSA
Caravana Abriendo Fronteras
Mientras Europa asiste impasible a la muerte diaria de miles de personas en el Mediterráneo, convertido en la fosa común de las personas migrantes que huyen de zonas de conflicto, pobreza extrema, emergencia climática, persecución política y vulneración sistemática de derechos humanos, cada día son más las personas y colectivos que se movilizan para llevar a cabo aquello que deberían las instituciones: acogida, refugio, salvamento y defensa de los Derechos Humanos.
El pueblo salvando al pueblo. Organizaciones sociales y de salvamento como Proemaid, Open Arms, personas como Carola Rackete o Helena Maleno, y ahora Miguel Roldán, junto con nueve compañeros y compañeras que han sido imputadas por la justicia italiana debido a su labor humanitaria mientras realizaban trabajos de rescate y salvamento en el Mediterráneo.
Miguel Roldán Espinosa, de Cuevas Bajas (Málaga) y en la actualidad miembro del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla, ha sido acusado de “tráfico de personas” por colaborar, desde mediados de 2017, con la organización alemana JUGEND RETTET en misiones de salvamento en el mar Mediterráneo, frente a la costa de Libia y en estos momentos se enfrenta a un proceso judicial en Italia, que podría culminar con una pena de hasta 20 años de cárcel. Imputado por salvar vidas, las vidas de miles de personas condenadas a una muerte asegurada en el mar. En en tan solo veinte días, Miguel Roldán y su organización humanitaria pudieron salvar más de 14.000 vidas, rescatarlas en el mar y llevarlas a un puerto seguro en Italia, contribuyendo a nivel internacional en las labores de salvamento de hombres, mujeres, niños y niñas en circunstancias extremas, siendo políticas neofascistas y xenófobas las que llevan a la criminalización de la solidaridad y que tienen objetivo la eliminación de los testigos incómodos de sus políticas genocidas.
La obligación de asistencia a personas que se encuentren en el mar es uno de los principios básicos y esenciales del Derecho Marítimo y así lo reconoce toda la legislación internacional (Artículo 98 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar; la Regla 33
del Capítulo V del Convenio SOLAS; el Artículo 2.1.10 del Convenio SAR). El trabajo desempeñado por Miguel y sus nueve compañeros de Jugend Rettet se trata sin lugar a dudas de una labor humanitaria a los efectos de exención de responsabilidades criminales a las que hace referencia explícita la Directiva europea de facilitación y el deber irrenunciable de socorro a naúfragos -sea cual fuere el estatuto jurídico que tengan-.
La Unión Europea y sus gobiernos tienen la obligación de proteger y garantizar los Derechos Humanos, el incumplimiento de estas obligaciones sí es constitutivo de delito, y sus responsables son los que deberían estar sentados en el banquillo. Las necropolíticas de la UE y el genocidio en nuestra frontera sur deberán ser perseguidas como crímenes de lesa humanidad