Cutro: 26 de febrero de 2023
Una masacre estatal, de los gobiernos europeos, de Frontex
Otro «migrantocidio» sistemático y planificado
Zahra Barati ha perdido a su hermano Sajad en Steccato de Cutro. La escuchamos el pasado junio en Melilla durante
la Caravana Abriendo Fronteras; sus palabras, las mismas, fueron retomadas por un diario siciliano hace unos días:
«Europa no quiere migrantes y entonces están obligados a desalentar las llegadas». Estrategias de muerte,
estrategias de terror. «Italia se define como un país civilizado, que respeta los derechos humanos. ¿Entonces por qué
esas personas fueron dejadas solas? Sabían que estaban allí. Fue la falta de socorro lo que los mató. Prometieron
reunificación familiar, pero nos engañaron. No hay canales legales ni seguros, son ellos quienes nos obligan a subir a
esos barcos».
Los Estados convierten las fronteras en lugares militarizados y violentos y en la negación de los cuerpos y los
derechos, entregan a miles de personas en manos de bandas criminales que gestionan el tráfico con el silencio
cómplice y activo de muchos gobiernos. En estos días, la Corte Suprema confirma, no casualmente, que los puertos
libios no son seguros y que rechazar a las personas hacia ese país equivale a entregarlas a la tortura y a una muerte
segura.
En Melilla, para recordar la masacre de migrantes del 24 de junio de 2023, Zahra abrazó a María Herrera
Magdaleno, madre mexicana en busca de sus cuatro hijos desaparecidos. El testimonio de María recordó su
incansable demanda de justicia y la masacre de migrantes en Ciudad Juárez, un mes después de la masacre de
Cutro. Cuarenta migrantes centroamericanos rechazados por Estados Unidos, encerrados en un centro de detención
estatal (pensamos en un CPR italiano), mueren quemados vivos en un incendio trivial sin que nadie abra las puertas
para salvarlos. Y luego, en el mes de junio, la muerte de más de seiscientas personas en aguas frente a Pylos en
Grecia con la complicidad de la Guardia Costera helénica.
La historia europea y mundial está marcada por muertes anunciadas, el 3 de octubre de 2013 en Lampedusa, el 6 de
febrero de 2014, en la playa de Tarajal en Ceuta, donde la Guardia Civil española dejó deliberadamente ahogarse al
menos a quince personas. No se cuentan los muertos y desaparecidos, y nadie realmente tiene la intención de
hacerlo, a lo largo de las rutas en los desiertos, en las selvas tropicales, en los mares y en el terrible «juego» que
emprenden los migrantes al final de la ruta balcánica. A las puertas de Trieste y de la salvación.
Una geografía del terror, una respuesta del Poder a la libertad de los Pueblos en movimiento. Cuando en los
programas de televisión se discute amablemente sobre el término adecuado para definir la masacre de Gaza,
genocidio o actos de guerra, se debería recordar a los comentaristas que no hay un término más apropiado que
«migrantocidio» para definir la matanza en las fronteras de Occidente.
La tragedia de Cutro pone de manifiesto que sin la población local y los activistas comprometidos día y noche, un
nuevo terrible crimen se habría consumado. El silencio ante todo y ese humo gris que vuelve todo indistinto en las
pasarelas televisivas y gubernamentales, en las condolencias y celebraciones. Sin el compromiso de muchos, no se
habría puesto nombre a los cuerpos, no se habría involucrado a las familias en dar un entierro digno a sus seres
queridos. Lamentablemente, los familiares nos recuerdan que aún queda mucho por hacer, la sed de verdad y
justicia no ha sido saciada y las verdaderas responsabilidades aún no se han identificado.
Este enésimo massacre nos enseña que la respuesta desde abajo debe tener un horizonte más amplio, compartiendo
luchas, prácticas y testimonios desde las rutas. Entrelazando las voces de las Madres, de los familiares que desde
Túnez hasta Argel, desde Marruecos o Extremo Oriente llaman a las Américas y al resto del mundo. Deberemos
ocupar los espacios que las instituciones dejan deliberadamente vacíos, construyendo luchas y propuestas que
obliguen a estas últimas a procedimientos claros, dignos y transparentes; sobre identificación, apoyo psicológico a
los familiares, su presencia en las diferentes fases del proceso, en los entierros y en el repatrio de los cuerpos.
En el Mediterráneo nunca más naufragios, ¡la Europa fortaleza es causa de las tragedias!
Con los familiares de las víctimas, con los supervivientes, con los solidarios de Cutro, Crotone y de toda Calabria.
Carovane Migranti, Mem. Med, Caravana Abriendo Fronteras, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Bienvenidxs Refugiadxs Malagą, Obrim
Fronteres València, Bienvenidxs Refugiadxs Huesca,
Colectivo Indignado Valladolid, Red Solidaria de acogida Madrid, Cofamicenh (Honduras),
Red Regional de Familias Migrante (Centroamerica-México), Huellas de la Memoria (Mexico),
Proyecto Puentes de Esperanza (Centroamerica-México-Usa),
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