Desde Caravana Abriendo Fronteras, hacemos eco y nos unimos  al comunicado lanzado  por las compañeras de la Global Sumud Flotilla, coalición de personas cargada de valentía, esperanza y humanidad, que inició su travesía hacia Palestina el 31 de Agosto.

Desde entonces, todos los ojos están en Gaza.

No olvidamos que el Pacto Europeo de Migración y Asilo (PEMA), aprobado el pasado año, refuerza las fronteras, criminaliza la movilidad humana y aumenta las expulsiones, construyendo muros cada vez más altos para las personas que huyen de guerras, genocidios o conflictos geopolíticos, truncando la esperanza de construir una vida digna y humana.

 

LA GLOBAL SUMUD FLOTILLA DEFIENDE LA SEGURIDAD, LA SOLIDARIDAD Y LA LIBERTAD DE MOVIMIENTO EN TIERRA Y MAR

 

Si bien la Global Sumud Flotilla (GSF) aplaude todo los esfuerzo pacíficos y no violentos para romper el asedio ilegal de Israel a Gaza, nuestra flotilla está compuesta únicamente por barcos preautorizados y preseleccionados, con manifiestos de pasajeros y carga verificados. Estos incluyen los 40 barcos que aparecen en el rastreador de nuestro sitio web, a los que se añadirán próximamente barcos adicionales de Grecia y Túnez, junto con barcos asociados que brindan observación legal y apoyo de emergencia.

Cualquier barco o flotilla que no figure en nuestro rastreador, incluido el Omar Al-Mukhtar, no forma parte de la misión del GSF. Nuestras estrictas políticas y protocolos garantiza la transparencia, salvaguardan la misión y protegen a todos los participantes.

Todos los pasajeros se comprometen a cumplir nuestro código de conducta, basado en la no violencia, la solidaridad con el pueblo palestino y la defensa de las personas desplazadas y apátridas en todo el mundo. Así como a los palestinos se les niega la libertad de movimiento y se les obliga a abandonar sus hogares, rechazamos un mundo donde tanto la tierra como el mar se conviertan en espacios de despojo y muerte. Junto con nuestros socios, reivindicamos el Mediterráneo como un espacio de justicia y desafío. Este mar no debe ser un cementerio para las personas en movimiento, sino un lugar donde se defienda la libertad de movimiento y el acceso humanitario, y donde se respeten los derechos de los refugiados y los palestinos.

No solo llevamos ayuda humanitaria, sino también una visión: un Mediterráneo donde a nadie se le niegue el derecho a moverse, a regresar y a vivir con dignidad.