¡No más muertes por migrar! ¡Todos los derechos para todas las personas!

Las fronteras europeas matan.

Más de veintiocho mil personas han fallecido desde 2014, intentando llegar a Europa o en sus fronteras internas, cuarenta y nueve mil desde 1993. Vienen desde África, Asia y Oriente Medio y mueren especialmente en el Mediterráneo y en el Atlántico; y también en los Balcanes, en los Alpes, en el Canal de la Mancha, en el río Bidasoa al pie de los Pirineos y en otros espacios fronterizos.

Al mismo tiempo, las personas que logran atravesar estas fronteras, trabajan y contribuyen al desarrollo de las sociedades europeas, la mayoría de ellas viven durante largos años sin derechos, sin papeles. No tener los papeles que necesitan impide el acceso a sus derechos más fundamentales, como el derecho a la salud o a la justicia.

Las muertes y desapariciones, y estas situaciones pasan desapercibidas para la gran mayoría de la población, al igual que pasa desapercibida la responsabilidad de la Unión Europea en las mismas y el derecho a migrar libremente y con seguridad. Sin embargo, de forma evidente, los estados europeos no reconocen a todas las personas el derecho de circular libremente y con seguridad, ni él de disfrutar de sus derechos fundamentales.
El reciente drama del exilio ucraniano, provocado por la guerra, viene a sumarse a estos éxodos de personas que se desplazan por causas forzadas en todo el mundo.

Celebramos la extraordinaria acogida que en este caso la Unión Europea ha dado hoy a los millones de personas ucranianas que huyen de la guerra, regularizando su situación de forma inmediata y consideramos que es el momento de que la Unión Europea aplique esa misma medida para todas las personas migrantes y refugiadas.