La Caravana a Bruselas deja atrás Francia para participar en los actos de la Marcha a Bruselas. La marcha ha sido organizada por más de 150 organizaciones europeas que defienden los derechos de las personas migrantes y de organizaciones de sus países de origen. La caravana tiene como destino Bruselas, donde se denunciarán las politicas migratorias europeas y las muertes en las fronteras y se reivindicaran los derechos humanos en y la regularización administrativa de las personas que viven y trabajan en Europa ante el Parlamento Europeo.

La caravana salió de Bilbao e hizo su primera parada en Irun. Allí se unieron a las redes de acogida de ambos lados de la frontera y rindieron homenaje a las personas fallecidas en las rutas migratorias, frente al monolito instalado por la Caravana Abriendo Fronteras- Mugak Zabalduz en el parque junto al puente de Santiago. A continuación, la caravana partió hacia Poitiers; la marcha se unió allí a los colectivos que acogen a las personas migrantes  y reivindicó sus derechos delante del ayuntamiento de la localidad, bajo el lema Rights! No deaths! A continuación, los colectivos de Poitiers  explicaron a las personas participantes de la caravana las iniciativas que han llevado adelante para acoger a las personas migrantes, como la educación gratuita para menores migrantes, el apoyo administrativo, así como programas para convertir a las familias autóctonas en familias de acogida.

La caravana, que llegó el martes al distrito parisino de Evry, también se sumó a la protesta de los trabajadores de Chronopost, que llevan 11 meses en huelga. Chronopost -filial al 100% de la empresa de distribución pública estatal Le Poste-, en España es equiparable a Correos. Muchos de los trabajadores que contratan allí son migrantes y la empresa se aprovecha de ello para obligarles a trabajar en condiciones precarias. Se les obliga a realizar jornadas de entre 10 y 12 horas, a tiempo parcial, sin derecho a descanso o a cobrar horas extras, todo ello a cambio de un sueldo de 600 euros.

Estas personas migrantes se han organizado en el seno del movimiento de Trabajadores Sin Papeles, y además de 11 meses de huelga, realizan piquetes todos los días. Según el ministerio francés, 700.000 personas trabajan sin papeles en Francia, y el movimiento de los sin papeles afirma que son muchos más. Sin embargo, este movimiento está haciendo pequeños logros: en 2019, por ejemplo, lograron la regularización de 63 personas migrantes.

Tras la protesta se reunieron en la Bolsa de Trabajadores de París con colectivos sin papeles para hablar sobre la historia de su lucha y compartir experiencias sobre la regularización administrativa.

La marcha hizo su última parada en Calais. Allí se reunieron con personas en tránsito en el centro de día de acogida. Después realizaron una marcha hasta el parque de Richelieu, lugar donde se realiza una concentración de homenaje y denuncia cada vez que un migrante pierde la vida en esa frontera. Allí se rindió un homenaje a las personas fallecidas en la frontera de Calais, con una larga lista que recogia los nombres de los que han podido identificar desde 1999; más de 300. Por último, mantucieron un encuentro con los colectivos donde se trasladó una retrospectiva de los acontecimientos e historia de la lucha llevada a cabo en los últimos años en Calais.

La caravana pone rumbo a Bruselas, el destino final, donde el sábado 1 participarán en la concentración con el lema «Derechos! No muertes!», y este mismo jueves una delegación se reunirá con un grupo de europarlamentarias y europarlamentarios para trasladar sus reivindicaciones.

El programa de acciones incluye un encuentro con asociaciones y colectivos de personas sin papeles y apoyo a personas migrantes de Bélgica que el año pasado mantuvieron una dura huelga de hambre para reivindicar la regularización. En paralelo a la movilización de la Marcha a Bruselas, se desarrollará la Cumbre de los Pueblos como un espacio de intercambio entre diversos movimientos y organizaciones comprometidas con los derechos de las personas exiliadas, con el fin de construir colectivamente propuestas concretas de incidencia y movilizaciones a nivel transnacional.