Se dice que en la tierra originaria todas las personas poseían una especie de alma colectiva, un arquetipo o patrón ejemplar que con el pasar de los tiempos y la evolución fue perdiendo su forma. Aún así los arquetipos, como guías del pensamiento y de la acción individual perviven hoy en día y nos permiten poner un poco de orden en el mundo que vivimos.

Arquetipos de la mitología griega como Artemisa se encarnan hoy en Carola Rackete, la joven que ha desafiado a Salvini capitaneando la nave Sea-Wacht 3 hasta Lampedusa, con 42 personas migrantes a bordo y al borde de la desesperación.

De navegar en barcos rompehielos en la Antártida defendiendo el medio ambiente ha pasado a navegar en un barco que ha roto el hielo y un silencio de muerte en el Mediterráneo Central. ¿Su crimen? Cumplir la ley del mar y los tratados internacionales frente a la nueva ley antiinmigración del gobierno de Salvini, de menor rango, que penaliza con multa de 50.000 euros y hasta 15 años de cárcel por entrar en aguas territoriales italianas sin autorización.

Además, se enfrenta a 10 años de cárcel acusada de tráfico de personas y de resistencia o violencia contra nave de guerra. Mientras para Salvini es un acto criminal de guerra, para muchas otras personas es un acto de paz ejemplarizante en la guerra de fronteras.*

Porque hay una guerra de fronteras cuando se cuentan las muertes que ocasionan las políticas migratorias, económicas y comerciales de la UE que han convertido a Europa en la ruta migratoria más mortífera del mundo, cuando se contabiliza el creciente gasto securitario que supone la militarización y cierre de fronteras, cuando se establecen acuerdos opacos para la custodia externa de la frontera con aliados como Libia o Marruecos, y cuando las democracias europeas se ven afectadas por discursos y políticas de corte autoritario, racista, xenófobo, machista y neofascista.

Porque en el Mediterráneo Central capitanea Salvini, pero en el Mediterráneo Occidental es Sánchez quien lidera la cruzada, y ha dado nuevas directrices a Salvamento Marítimo para no autorizar los rescates en aguas marroquíes, conociendo el dato de que un tercio de los rescates  en 2018 fueron allí y dando lugar a episodios tan dramáticos como el del 19 de junio donde perdieron la vida 22 personas que viajaban en una patera en el mar de Alborán. Es un mando único de la Guardia Civil quien decide y mientras tanto Salvamento Marítimo tiene que limitarse a “custodiar” las pateras cuando estén en zona SAR de rescate compartida a la espera de que las recoja los guardacostas marroquíes.

Helena Maleno, Miguel Roldán, Anabel Montes y ahora Carola Rackete son una muestra de las personas acusadas de “tráfico de personas y favorecimiento de la inmigración irregular” por rescatar, dar apoyo o llevar a puerto a personas que de otra forma muy probablemente hubieran muerto.

Posiblemente Carola Rackete no se sienta arquetipo de nada ni de nadie y solo sea una mujer valiente que no está dispuesta a que nadie le parta el alma colectiva navegando en un barco que ponga a la deriva los derechos humanos y las vidas. Dejemos de lado el mito. Pero lo cierto es que la Capitana Carola ha encendido la mecha de la desobediencia y la solidaridad en el mar y en tierra europea. El Open Arms de Catalunya y el Alan Kurdi de Alemania son solo un ejemplo. Y por tierra, la Caravana Abriendo Fronteras y la Carovane Migranti de Italia viajarán hacia la frontera sur los próximos días para denunciar la vulneración de los derechos humanos en las costas andaluzas y Ceuta, la militarización y desmantelamiento de Salvamento Marítimo, la criminalización de la solidaridad y las políticas que hacen la guerra a la vida.

Cristina Garcia de Andoin Martin

CARAVANA ABRIENDO FRONTERAS

1 de julio de 2019

*A fecha de hoy, día 4, la jueza no ha validado el arresto y ha rechazado el delito de resistencia o violencia contra una nave de guerra, pero el día 9 de julio la interrogan por la investigación que le mantienen abierta por el delito de favorecer la inmigración irregular. Al menos 158 personas han sido investigadas o procesadas por ofrecer asistencia humanitaria a migrantes en 11 países europeos desde 2015.